La prensa ha llamado a la nueva ministra de Hacienda, María Jesús Montero, “el azote de Montoro”. Como consejera de la Junta de Andalucía, Montero chocó con Montoro, es verdad, aunque nunca para bajar los impuestos.
Se dirá que los socialistas andaluces han suprimido el Impuesto de Sucesiones, pero no lo hicieron para proteger a las contribuyentes, sino por la presión de Ciudadanos, y porque se dieron cuenta de que la movilización popular podía descargar sobre el PSOE un coste político oneroso.
Y, precisamente, evitar la indignación popular y maximizar la rentabilidad política va a ser el objetivo del Gobierno, que no ha ocultado su apetito liberticida: “los socialistas dibujan un Estado con más gasto social y más impuestos”, tituló El País, y así creo que va a suceder. Entonces, para neutralizar las protestas, profundizarán en la propaganda y la mendacidad, en las que todos reconocemos que la izquierda descuella.
Por lo tanto, además de que se prepare usted para la retórica más melosa en torno a las consignas habituales (social, igualdad, feminismo, ecología, progreso, justicia), conviene que se prepare para los trucos que lanzarán sobre usted desde tierra, mar y aire, para que no perciba que sus derechos son los que los progresistas se aprestan a violar —como la derecha, claro.
Dos viejos chivos expiatorios saldrán de paseo: las grandes empresas y los ricos. Habrá notado usted que el supuestamente “liberal” Partido Popular ya empezó con el bulo de que todo se arregla crujiendo fiscalmente a las multinacionales, empezando por las tecnológicas (aquí la orden es odiar a cualquiera que haga la vida más fácil a los ciudadanos). Los socialistas ya han dicho que quierer hostigar más a las malvadas multinacionales.
En cuanto al IRPF, recurrirán al ardid de siempre, que es que solo van a golpear a “los ricos”. Mentira, siempre es mentira. La idea no es castigar a los ricos sino a los que quieren enriquecerse. La única duda de momento es a qué nivel de la clase media sancionarán con más crueldad ahora.
Otro candidato son las perversas “rentas del capital”. Prepárese para una sacudida también allí, es decir, sobre sus ahorros y sus inversiones. Ya han usado el increíble argumento de que “las rentas de capital han salido más beneficiadas en la crisis que el resto”, como si eso justificara una mayor depredación.
Dos notas para terminar. No se engañe usted, señora, por el hecho aparentemente auspicioso de que la nueva titular de Hacienda es licenciada en Medicina. Es verdad que el juramento hipocrático prohíbe hacer daño, pero también es verdad que María Jesús Montero es partidaria del “derecho a la muerte digna”.
Por fin, sospecho que no echaremos de menos al socialdemócrata Montoro, porque tendremos más de lo mismo, es decir, menos libertad y más acoso a nuestras carteras. Tanto más de lo mismo tendremos que apenas cambia el sonido de los apellidos en el ministerio de Hacienda. Solo se ha incorporado una “e”. De exacción, claro.