¿Por que los liberales son tan reacios a ver las fallas del mercado? Estoy de acuerdo con mucho de lo que dice el libro, pero me molesta la omisión reiterativa del hecho de que los «creadores de riqueza» siempre se oponen a su redistribución, y allí es donde me parece que el pensamiento liberal tiene una grave omisión. Peor aún: una omisión reiterativa, que obedece a motivos puramente ideológicos, y no a la realidad.
Yo soy partidario de meterle una buena dosis de liberalismo a la economía, e incluso a tomar a el mercado como base y motor de la economía. Pero creo que hay que complementar su acción con la intervención del estado: y no entiendo porque los liberales, en vez de oponerse a medidas puntuales, se oponen por principio a todo tipo de intervención.
Me gustaría que me lo explicaran. Siento cierta simpatía por el pensamiento liberal, pero me molesta muchísimo esa negativa a aceptar los fallos del mercado, cuando deberían ser tomados mucho más en serio.
Muchas gracias por su comentario. Es una objeción tan extendida como insostenible. Los liberales no niegan los fallos del mercado: ¡los vienen señalando y analizando desde Adam Smith hasta Ronald Coase! Lo que rechazan es que los llamados fallos del mercado resuelvan el problema de la intervención pública, justificándola per se. Creo que la cuestión es otra. El pensamiento predominante gusta de atrincherarse tras esta cálida ficción: el Estado es un «complemento» del mercado, y, como el mercado tiene fallos, entonces no se puede cuestionar la coacción, y hay que buscar, dentro de la sensatez y el pragmatismo, un «equilibrio entre Estado y mercado». Este es el pensamiento único. Tiene la desventaja de carecer de solvencia analítica, porque el Estado no es «complemento» de nada y no es un agente más de la sociedad que negocie «equilibrios» con los demás. Es otra cosa. La ventaja enorme del pensamiento único es que permite mirar por encima del hombro a los (pocos) que lo cuestionamos, despreciar nuestros análisis, tacharnos de extremistas, talibanes, etc. Esto da una gran sensación de comodidad. En fin, si es usted economista y quiere ver un ejemplo de lo que hacen los liberales con los fallos del mercado -que es, repito, analizarlos y no negar su existencia-, puede ver, por ejemplo, el libro sobre los bienes públicos de Anthony de Jasay: «Social contract, free ride. A study of the public goods problem», Oxford: Clarendon Press, 1990.
Si el Estado es la solución para los fallos del mercado ¿cuál es la solución para los fallos del Estado? …
Pues me parece muy interesante su respuesta; antes que nada debo precisar que NO soy economista, aunque sí me interesa mucho el tema. Me parece muy bien que me recomiende usted libros, siempre y cuando esté disponible la versión en castellano, porque no hablo otro idioma. Preferiblmente me gustaría también que fuera posible encontrarlos gratis para descargar en pdf.
Otra cosa: si ustedes no niegan los fallos del mercado, pues quisiera saber entonces cuál es la respuesta que ustedes le dan a dichos fallos, según ustedes.
También me gustaría saber cómo resloverían ustedes el problema de la redistribución de la riqueza. ¿Proponen ustedes algún recetario concreto? Y si es así, ¿En que consiste exactamente? Es un tema que en efecto se suele considerar como la objeción «clásica» contra el pensamiento de ustedes, y quisiera saber cuál es la respuesta que ustedes les dan.
Mi nivel actual de datos no es muy grande pero tampoco muy pequeño. Estoy empezando a familiarizarme con el pensamiento liberal más que nada por un amigo mío que me ha dicho que es muy diferente a la imagen tradicional que la mayoría de la gente tiene de él. Acabo de leer «Economía en una lección» de Hazlitt y estoy empezando a ver los artículos de Thomas Sowell en español. Me parecen interesantes, pero el punto débil que le veo a su pensamiento es precisamente que (por lo menos por ahora) no veo que se ocupen ustedes activamente de el problema de la redistribución de la riqueza. Así como también, por supuesto, que respuesta exacta le darían ustedes al problema de los fallos del mercado.
Muchas gracias y espero su respuesta.
Ja, ja, para eso tiene respuesta la economía convencional: hay que lograr un «equilibrio» entre mercado y Estado. Y si no está usted de acuerdo, vaya, pues tendrá problemas, le tacharán de «talibán», y por supuesto su solvencia profesional será abierta y sistemáticamente cuestionada.
No hay recetas, esto no es medicina. En español, además de los libros de Sowell, puede usted revisar el catálogo de Unión Editorial, hay allí bastante material sobre los fallos del mercado y diversas propuestas y análisis liberales. Saludos.
Aquí no hay Talibanes: si usted me demuestra que el mercado solo, sin intervención del Estado, es el sistema más óptimo tendré que reconocerlo. Pero con mi nivel limitado de conocimientos económicos y como principiante, tengo mis dudas de si un liberalismo libertario (modelo escuela austriaca) pudiese funcionar o degenerar en una suerte de darwinismo social.
También creo que es justo y razonable pedirle cuentas al Estado, ni es un Padre omniscente, ni está libre de burocracia, arbitrariedad y derroche. Un problema de la izquierda de influencia marxista es su visión ingenua de Estado, con lo cual no son demasiado fieles a su maestro.
De momento, me defino como social-liberal. Quizá el Leviathan-estado pueda a pesar de todo asegurar ciertos mínimos de igualdad de oportunidades (p.ej. las diferencias de ‘cuna). También está la posibilidad de democratizar y hacer transparente la gestión del estado, como forma de controlar sus excesos. También quizá soluciones de tipo cooperativista puedan constituir un ‘tercer sector’, más apto que el Estado en cuestiones de redistribución.
Muchas Gracias. Leeré sus propuestas bibliográficas.
Muchas gracias. Su planteamiento está muy extendido, y lo comprendo porque es muy cómodo: PRIMERO hay que demostrar que la libertad no tiene ningún defecto. Mientras tanto, es mejor que intervenga el Estado, no vaya a ser que nos hundamos en el darwinismo social, etc. etc. Y, lógicamente, tenemos que ser «social-liberales», o «conservadores compasivos», o centropoides… Un saludo.
Dejar Un Comentario
Resumen de privacidad
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Cookies estrictamente necesarias
Las cookies estrictamente necesarias tiene que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Si desactivas esta cookie no podremos guardar tus preferencias. Esto significa que cada vez que visites esta web tendrás que activar o desactivar las cookies de nuevo.
Cookies de terceros
Esta web utiliza Google Analytics para recopilar información anónima tal como el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares.
Dejar esta cookie activa nos permite mejorar nuestra web.
¡Por favor, activa primero las cookies estrictamente necesarias para que podamos guardar tus preferencias!
¿Por que los liberales son tan reacios a ver las fallas del mercado? Estoy de acuerdo con mucho de lo que dice el libro, pero me molesta la omisión reiterativa del hecho de que los «creadores de riqueza» siempre se oponen a su redistribución, y allí es donde me parece que el pensamiento liberal tiene una grave omisión. Peor aún: una omisión reiterativa, que obedece a motivos puramente ideológicos, y no a la realidad.
Yo soy partidario de meterle una buena dosis de liberalismo a la economía, e incluso a tomar a el mercado como base y motor de la economía. Pero creo que hay que complementar su acción con la intervención del estado: y no entiendo porque los liberales, en vez de oponerse a medidas puntuales, se oponen por principio a todo tipo de intervención.
Me gustaría que me lo explicaran. Siento cierta simpatía por el pensamiento liberal, pero me molesta muchísimo esa negativa a aceptar los fallos del mercado, cuando deberían ser tomados mucho más en serio.
Muchas gracias por su comentario. Es una objeción tan extendida como insostenible. Los liberales no niegan los fallos del mercado: ¡los vienen señalando y analizando desde Adam Smith hasta Ronald Coase! Lo que rechazan es que los llamados fallos del mercado resuelvan el problema de la intervención pública, justificándola per se. Creo que la cuestión es otra. El pensamiento predominante gusta de atrincherarse tras esta cálida ficción: el Estado es un «complemento» del mercado, y, como el mercado tiene fallos, entonces no se puede cuestionar la coacción, y hay que buscar, dentro de la sensatez y el pragmatismo, un «equilibrio entre Estado y mercado». Este es el pensamiento único. Tiene la desventaja de carecer de solvencia analítica, porque el Estado no es «complemento» de nada y no es un agente más de la sociedad que negocie «equilibrios» con los demás. Es otra cosa. La ventaja enorme del pensamiento único es que permite mirar por encima del hombro a los (pocos) que lo cuestionamos, despreciar nuestros análisis, tacharnos de extremistas, talibanes, etc. Esto da una gran sensación de comodidad. En fin, si es usted economista y quiere ver un ejemplo de lo que hacen los liberales con los fallos del mercado -que es, repito, analizarlos y no negar su existencia-, puede ver, por ejemplo, el libro sobre los bienes públicos de Anthony de Jasay: «Social contract, free ride. A study of the public goods problem», Oxford: Clarendon Press, 1990.
Si el Estado es la solución para los fallos del mercado ¿cuál es la solución para los fallos del Estado? …
Pues me parece muy interesante su respuesta; antes que nada debo precisar que NO soy economista, aunque sí me interesa mucho el tema. Me parece muy bien que me recomiende usted libros, siempre y cuando esté disponible la versión en castellano, porque no hablo otro idioma. Preferiblmente me gustaría también que fuera posible encontrarlos gratis para descargar en pdf.
Otra cosa: si ustedes no niegan los fallos del mercado, pues quisiera saber entonces cuál es la respuesta que ustedes le dan a dichos fallos, según ustedes.
También me gustaría saber cómo resloverían ustedes el problema de la redistribución de la riqueza. ¿Proponen ustedes algún recetario concreto? Y si es así, ¿En que consiste exactamente? Es un tema que en efecto se suele considerar como la objeción «clásica» contra el pensamiento de ustedes, y quisiera saber cuál es la respuesta que ustedes les dan.
Mi nivel actual de datos no es muy grande pero tampoco muy pequeño. Estoy empezando a familiarizarme con el pensamiento liberal más que nada por un amigo mío que me ha dicho que es muy diferente a la imagen tradicional que la mayoría de la gente tiene de él. Acabo de leer «Economía en una lección» de Hazlitt y estoy empezando a ver los artículos de Thomas Sowell en español. Me parecen interesantes, pero el punto débil que le veo a su pensamiento es precisamente que (por lo menos por ahora) no veo que se ocupen ustedes activamente de el problema de la redistribución de la riqueza. Así como también, por supuesto, que respuesta exacta le darían ustedes al problema de los fallos del mercado.
Muchas gracias y espero su respuesta.
Ja, ja, para eso tiene respuesta la economía convencional: hay que lograr un «equilibrio» entre mercado y Estado. Y si no está usted de acuerdo, vaya, pues tendrá problemas, le tacharán de «talibán», y por supuesto su solvencia profesional será abierta y sistemáticamente cuestionada.
No hay recetas, esto no es medicina. En español, además de los libros de Sowell, puede usted revisar el catálogo de Unión Editorial, hay allí bastante material sobre los fallos del mercado y diversas propuestas y análisis liberales. Saludos.
Aquí no hay Talibanes: si usted me demuestra que el mercado solo, sin intervención del Estado, es el sistema más óptimo tendré que reconocerlo. Pero con mi nivel limitado de conocimientos económicos y como principiante, tengo mis dudas de si un liberalismo libertario (modelo escuela austriaca) pudiese funcionar o degenerar en una suerte de darwinismo social.
También creo que es justo y razonable pedirle cuentas al Estado, ni es un Padre omniscente, ni está libre de burocracia, arbitrariedad y derroche. Un problema de la izquierda de influencia marxista es su visión ingenua de Estado, con lo cual no son demasiado fieles a su maestro.
De momento, me defino como social-liberal. Quizá el Leviathan-estado pueda a pesar de todo asegurar ciertos mínimos de igualdad de oportunidades (p.ej. las diferencias de ‘cuna). También está la posibilidad de democratizar y hacer transparente la gestión del estado, como forma de controlar sus excesos. También quizá soluciones de tipo cooperativista puedan constituir un ‘tercer sector’, más apto que el Estado en cuestiones de redistribución.
Muchas Gracias. Leeré sus propuestas bibliográficas.
Muchas gracias. Su planteamiento está muy extendido, y lo comprendo porque es muy cómodo: PRIMERO hay que demostrar que la libertad no tiene ningún defecto. Mientras tanto, es mejor que intervenga el Estado, no vaya a ser que nos hundamos en el darwinismo social, etc. etc. Y, lógicamente, tenemos que ser «social-liberales», o «conservadores compasivos», o centropoides… Un saludo.