A todas las personas interesadas en la relación entre religión y liberalismo, en particular a los católicos, les recomiendo este libro de Francisco José Contreras, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Sevilla: Liberalismo, catolicismo y ley natural (Ediciones Encuentro). Subraya que el sustrato cultural del liberalismo es cristiano, y que esto fue incomprendido tanto por liberales como por la Iglesia, aunque en décadas (si bien quizá no en meses) recientes cabe detectar movimientos de aproximación.
Religión, espacio público y libertad
El libro consta de cuatro partes. La primera trata de Europa, su invierno demográfico y su descristianización. La segunda analiza el catolicismo y los equívocos antiguos sobre su hostilidad a la razón, y modernos sobre la discriminación. La tercera parte estudia el liberalismo, su crítica al Estado de bienestar y su defensa de la familia, frente a la supuesta superioridad de la izquierda. Por fin, la cuarta parte aborda la ley natural, la laicidad, la razón pública y el positivismo jurídico, cuyo declive, advierte el profesor Contreras, puede dar a lugar a nuevas corrientes iusfilosóficas no necesariamente mejores, que difuminan del todo la frontera entre derecho y moral, con lo que el sistema jurídico queda a merced del paradigma ético progresista, que acaba marginando a los creyentes y forzándolos a la reclusión en casas y templos, expulsando así el discurso religioso del espacio público, para alborozo de los enemigos de la libertad.
(Artículo publicado en La Razón.)
No sé si viene al caso, aunque Ud. ha señalado repetidamente que la Doctrina Social de la Iglesia no es equivalente al liberalismo. Desde mi punto de vista el asunto es que una comunidad de cristianos primitivos, y lo que sería ortodoxo ahora, debe regirse por un «comunismo» estricto. Lo que odian los comunistas, que son mixtificadores y van a lo suyo. Esa comunidad no es la sociedad real que se rige por otros valores y adolece de mayores defectos. A esta sociedad real le va mejor el liberalismo porque el mercado libre es la condición del crecimiento y de la justicia. Las relaciones entre una comunidad cristiana y la exterior serían una mezcla de buenismo y libre mercado. Y rondando ambas concepciones el socialismo a ver qué le cae pero por lo agnóstico no sea que los mandamases tengan problemas de dar ejemplo de caridad e igualdad. Obviamente el Papa habla a una Comunidad Cristiana. Pero no al mundo real. Y eso va a traer problemas.
Por cierto, se me ocurre: los progres y su ataque al mercado. Bastaría que atacaran al «mercado manipulado» y, luego, si tienen conocimiento, que expliquen a qué manipulación-es se refieren.
Muy bien pensado, muchas gracias y Feliz Navidad.