Mi último artículo en La Razón, con el título: La Cortés y el robo
Los comunistas resultan a veces simpáticos, siempre que no tengan mucho poder. Millones de víctimas prueban que cuando lo tienen, su simpatía resulta descriptible. Ahora bien, incluso el comunismo vegetariano de nuestros días, que reniega de la revolución violenta y del estalinismo, puede resultar alarmante.