Mi último artículo en La Razón, con el título: Gasto por liebre
El recorte del gasto anunciado ayer tiene como objetivo dar una sensación de austeridad, como lo prueba el argumento conforme al cual el déficit mayor del previsto “obliga” al Gobierno a subir los impuestos para cumplir con el déficit. Pero nada obliga al Gobierno a hacer tal cosa, y todo objetivo de déficit se puede cumplir sin castigar más al contribuyente. Lo que ha hecho el Gobierno es un cálculo político: ha aplicado una combinación de reducción de gastos y aumento de impuestos tal que maximice su rentabilidad o minimice su coste político.