Mi último artículo en La Razón, con el título: Garzón, el exiliado
El ex juez Baltasar Garzón declaró a El País: “soy el último exiliado del franquismo”. Ahora resulta que fue apartado de la carrera judicial no por haber quebrantado derechos sino por culpa de los pérfidos fascistas. Para redondear el bulo, un clásico del totalitarismo: la paranoia.
No hubo justicia con él, sino una siniestra conspiración de malvados indefinidos: “estaban obsesionados conmigo…querían acabar con un determinado modelo de juez, que era yo”.