Pedro Sánchez está rodeado de apreciables enemigos de nuestros derechos y libertades: los nacionalistas y la extrema izquierda populista. Incluso si no estuviera rodeado por nadie, él mismo ha dado señales de que puede ser un peligro para las trabajadoras —a partir de ahora, cuando la melosa retórica políticamente correcta de Sánchez puede superar incluso a la de Zapatero, en vez de hablar de “trabajadores y trabajadoras”, como hacen los supuestos progresistas, apostaré directamente por la discriminación positiva. Las trabajadoras, en efecto, pueden sufrir nuevamente recortes en sus derechos. Lo ha anunciado el propio flamante presidente del Gobierno en el Congreso, cuando expresó un anhelo personal: como hombre de izquierdas, aseguró que a él le gustaría que el gasto público en España trascendiese el aparentemente reducido umbral del 38 % del PIB para llegar a la media europea, que es unos dos puntos mayor.
Esto, naturalmente, no es ninguna originalidad del presidente Sánchez, porque el recelo a la libertad es transversal en todas las variantes de la izquierda, desde la más vegetariana a la más carnívora. Pero de lo que no puede caber la menor duda es de que no hay manera de subir el gasto público nada menos que dos puntos del PIB sin castigar a las trabajadoras. Todo el discurso demagógico de los antiliberales, que juran que se puede aumentar el gasto persiguiendo sólo a “los ricos” es una filfa.
Ahora bien, siendo esto una pésima noticia para el conjunto de las contribuyentes, resulta que el presidente, por fortuna, también está rodeado de otras cosas mejores. El hecho mismo de haber agrupado en su torno a tantas fuerzas distintas podrá limitar sus ímpetus usurpadores. Otro tanto cabe conjeturar, con matices, del Presupuesto aceptado y de su europeísmo. Y, por fin, otro tanto vale para lo que más le importa a Sánchez: lo rodea un horizonte electoral, que él intentará empujar hacia adelante todo lo que pueda, pero que, al revés de los horizontes de verdad, no es indefinido.
Esto significa que aunque quisiera acosar a las trabajadoras con más impuestos ahora mismo, igual que si quisiera ceder sin reparos a las pretensiones tanto de los nacionalistas como los extremistas de Podemos, eso se le volvería en contra políticamente, y perdería algo más del menguante apoyo electoral que conservan los socialistas. No puede correr ese riesgo.
En suma, que aunque nos dejará exhaustos con sus proclamas populistas, aunque insistirá en que es urgente crujir a las trabajadoras con más impuestos para “luchar contra las desigualdades”, o contra el clima, o contra lo que sea, las posibilidades concretas de que les perpetre unos daños muy cuantiosos quedarán limitadas. Dios, que a todos nos rodea, así lo quiera.
Don Carlos, una idea para las canciones económicas de los lunes: WE ARE IN THE MONEY. Nada q ver con puts o calls, sino con the mighty US$ y el purchasing power de la plata. En los happy 30’, sorry.
La puede encontrar en jotdown, entrega por mail de hoy.
Y enhorabuena por sus intervenciones con Alsina. Golf Job!
Muchas gracias, saludos.
Un saludo a Don Carlos desde Costa Rica, soy Centroamericano, sobre la llegada de Sanchez (Ni Don ni Señor porque no lo merece), primero me asombra que la Legislación Española considere dicha forma de llegar al poder.
Segundo y más importante, no encuentro diferencia entre los innumerables impresentables políticos que en America Latina quieren llegar o perpetuarse en el Poder con elecciones amañadas y bajo condiciones muy lejanas a una verdadera democracia y la forma en que llega Sanchez al poder, después de perder no se si dos o tres elecciones donde el electorado español fue claro y contundente; y para terminar que no establezca un llamado a elecciones en un plazo no mayor a 3 a 6 meses, me parece digno de Macondo.
Visto está que nuestra Madre Patria (lamentablemente) se parece más a nuestra maltratada America Latina.
Saludos
En efecto, todo ha sido legal, y, de hecho basado en una sentencia, que es la que ha justificado no solo la moción de censura, sino la forma en que Sánchez la convocado y, con destreza, ganado. Saludos.