La vida pasa muy rápido, sobre todo para las soluciones imaginativas del pensamiento único. Hace pocos años, todo el mundo hablaba de la “Abenomics”, el plan del primer ministro japonés, Shinzo Abe, de sacar a su país del letargo mediante una triple estrategia: expansión monetaria, expansión fiscal y reformas estructurales. Anunciada en 2012, la “Abenomía” no sirvió para nada, y hoy nadie se acuerda de ella. La economía japonesa sigue estancada, y de cuando en cuando aparecen nuevas iniciativas expansivas, con una elevada tasa de mortalidad y ningún resultado tangible.