Dejamos a Obélix y compañía con la aldea revuelta por algo que siempre es señal de progreso: la generalización del comercio, la propiedad privada, la división del trabajo y el dinero. Todos los bulos antiliberales se resumen en esta historieta que, para más “inri”, hay quien utiliza al parecer para enseñar economía en los colegios.