Charles Lynch contempló el atardecer. Estaba agotado, pero, cumplido el deber, ahora podría descansar un rato. Un rato. Cuántos chistes se habían hecho…
Charles Lynch contempló el atardecer. Estaba agotado, pero, cumplido el deber, ahora podría descansar un rato. Un rato. Cuántos chistes se habían hecho…