Hoy, cuando celebran las autoridades en Moscú el Día de la Victoria, quizá podamos recordar, con Solzhenitsyn, que un ruso auguró en el siglo XIX el totalitarismo comunista: Dostoyevski. Esa previsión es diáfana en su novela Los demonios, de 1872, y es fácil comprender por qué los jerarcas socialistas prohibieron su publicación durante décadas.