De la interesante historia de las elusivas leyes económicas trató Joseph Edward Keckeissen en The meanings of economic law, tesis doctoral presentada en la Universidad de Nueva York en 1976 bajo la dirección de Israel Kirzner, y que ahora verá la luz gracias a la traducción de Julio H. Cole, económetra y profesor de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala (http://goo.gl/VsXOeq).
Un nuevo iusnaturalismo
El racionalismo cartesiano subrayó el poder de la razón humana: “La ley natural pasó a significar no un código ético preexistente, sino la idea analítica de que la sociedad posee una coherencia inherente que puede ser descubierta por la razón humana consciente”. Para los pensadores medievales la realidad era reconocible por la razón pero las instituciones no eran inventadas por ella sino que eran naturales o espontáneas; contra eso se alzaron Bacon, Hobbes y sobre todo Descartes, y del nuevo iusnaturalismo emergen los fisiócratas, los marxistas y los utilitaristas, aunque éstos pueden ser constructivistas como Bentham, que creen en la organización de la sociedad para llegar a un orden deseable, y los que Hayek llamó utilitaristas genéricos, como Hume, que parten de la limitación de nuestra razón y confían más en el respeto a reglas abstractas; ahí se inscribe Adam Smith y su “sistema de la libertad natural”.
Me ha dejado sorprendido. Pero hay algunas ideas que expresa que no veo claras:
Dice: “Para los austriacos la economía es nomotética, enuncia principios generales que son apodícticos, necesariamente ciertos. Mises concibe la economía como la lógica o las matemáticas…no admite la cuantificación, porque no hay constantes en las relaciones humanas”
Me imagino que, si no siempre se puede cuantificar, si que se puede establecer una prelación, lo que es una forma de cuantificación
Dice: “Las leyes apriorísticas no pueden ser refutadas pero tampoco verificadas”.
En la inferencia se puede, con bastante base, afirmar que un predicado es cierto si no se encuentran sucesos en contra. Luego el no poder ser refutadas es una verificación, aunque indirecta, muy sólida.
Le confieso que no alcanzo a entender lo de “No necesitan requisitos especiales, como la competencia perfecta”
Veo lo de establecer preferencias económicas. Lo de la competencia perfecta lo entiendo como una consecuencia intelectual.
Similar para los razonamientos ceteris paribus, una forma de aislar acontecimientos.
Para mí el asunto dialéctico, famosa metodología indestructible en mi juventud, no garantiza de ninguna manera llegar a la raíz de los asuntos. Marx llegó a la lucha de clases, pero podía haber llegado a descubrir lo del sudor de la frente o los pecados capitales.