La tensión en las finanzas públicas, que se agravará en 2022 si las predicciones del Gobierno están equivocadas, llevará a intensificar los esfuerzos para intoxicar al público con lo que Amilcare Puviani llamó ilusión fiscal: que los contribuyentes piensen que pagan menos de lo que pagan, y que reciben del poder más de lo que reciben. Si prevalece, el poder y sus satélites multiplicarán sus mentiras en gastos e impuestos, procurando ignorar el tema de la deuda, como si careciera de relación con la fiscalidad.