Las desamortizaciones son consideradas liberales y capitalistas, cuando fueron expropiaciones forzosas con objetivos recaudatorios, en un proceso que apuntaló al Estado a expensas de la Iglesia. Se habla de “Estado liberal”, como si la violación de la propiedad y la expansión del poder fueran compatibles con la libertad de los ciudadanos. Reveladoramente, se trata a la desamortización como al socialismo, en el sentido de que pudo llevarse mal a la práctica, pero sus objetivos eran impecables.