La crisis del coronavirus, como era de esperar, ha avivado los instintos antiliberales y anticapitalistas. Lo vemos en todos los países. Ahora bien, esos instintos también existen entre los empresarios, como escribió Adam Smith: “Es raro que se reúnan personas del mismo negocio, aunque sea para divertirse y distraerse, y que la conversación no termine en una conspiración contra el público o en alguna estratagema para subir los precios”.