Presentar al empresario como un ser abyecto es cualquier cosa menos una innovación. La genuina ruptura sería mostrar la imagen contraria, es decir, la de una persona creadora de empleo, riqueza, y bienestar. Ahora piense usted en alguna película donde el empresario sea en ese sentido el héroe. ¿Verdad que prácticamente no recuerda usted ninguna?