Hace tiempo definí a la ciudad como “infierno en donde todo el mundo quiere vivir”. Es revelador del antiliberalismo de los intelectuales el que suelan rechazar las ciudades, salvo para imponerles la planificación urbana, y cuanto más grandiosa, intrusiva y onerosa, mejor. Lo recordé leyendo Calle Mayor, el clásico de Sinclair Lewis, de 1920, que me prestó Begoña Gómez de la Fuente, amiga y compañera matinal de muchos años en Onda Cero.