En el debate de ayer pareció que, como es habitual, sobraron acusaciones y faltaron propuestas. En realidad, las acusaciones fueron también insuficientes.
Rajoy: verdades y mentiras
El presidente del Gobierno acusó de los males a otros, en particular al Gobierno anterior. Dijo que la incipiente recuperación “es un mérito de todos los españoles”, lo que es verdad, pero también insistió en el acierto de las medidas adoptadas: “no se podía hacer de otra manera”, lo que es falso. Pudo bajar el gasto público, y no lo hizo. Reivindicó, al mejor estilo socialista, “el reparto equitativo de las cargas”, como si la subida de impuestos fuera buena si es discriminatoria. Hablando de impuestos, no subrayó el incremento de los impuestos futuros que representa la explosión de la deuda pública.