El periodista estadounidense, Dan Rather, señaló: “De un día para otro es mucho tiempo en política; una semana es una eternidad”. Esto es curioso, porque el tiempo es igual para todos. Podemos pedir, como en el bolero de Roberto Cantoral, que el reloj no marque las horas, o que lo haga a toda velocidad, aunque sabemos que es imposible. Pero, entonces, ¿qué le pasa al tiempo en política?