La polisemia de la palabra “social”, aplicable a todo y siempre en sentido plausible, suele dejar esta conclusión: la única forma de lograr que lo “social” tenga algún sentido, y no se difumine en contradictorias humaredas, es interpretarlo como “político”. Lo podemos comprobar, una vez más, si analizamos un célebre cliché: las “conquistas sociales”.
Paradoja: la sociedad no es social
Esa manida expresión jamás se refiere a lo que las personas logran libremente en la sociedad, con su propio esfuerzo y sus contratos y relaciones sociales, que generan riqueza y prosperidad sin violar los derechos de los demás. La mejor situación de trabajadores, familias y empresas, derivada de sus propias iniciativas voluntarias en la sociedad, paradójicamente nunca es saludada como una conquista social. Al contrario, es objeto de sospecha, de persecución impositiva y sumisión a un vasto y creciente abanico de controles, regulaciones, multas y prohibiciones de todo tipo.
Estimado y admirado Carlos:
Simplemente te remito el presente comentario para hacerte saber que no se pueden leer las entradas completas en los enlaces indicados, pues el mismo te remite a una página de Orbyt donde has de registrarte y comprar el producto. Ignoro si es premeditado o responde a algún fallo o error en el enlace. Te agradecería que me lo pudieras aclarar.
En otro orden de cosas, quería, a su vez, agradecerte la labor divulgativa que sobre los conceptos liberales realizas tanto en tu blog, al que me he suscrito, (como al de J.R. Rallo), como en el resto de tus artículos, libros, entrevistas y tertulias. Muchas gracias por su atención.
Muchas gracias.
La mayoría de los artículos están en abierto, pero otros no. Lo revisaré.