Esta idea es análoga a la de que el Estado y la empresa son socios, pero en el sentido de que se asocian para el mal, y es defendida por dos grupos muy diferentes: los liberales clásicos y la izquierda.
Esta idea es análoga a la de que el Estado y la empresa son socios, pero en el sentido de que se asocian para el mal, y es defendida por dos grupos muy diferentes: los liberales clásicos y la izquierda.