Mi último artículo en La Razón, con el título: De luchas y peleas
El carácter agresivo del socialismo emerge con particular claridad cuando teme perder su razón de ser: el poder. Ahora aborda una triple estrategia de propaganda emocional, típica del antiliberalismo: presentarse como víctima por lo mal que es tratado por gente injusta, cruel y apocalíptica; atemorizar a la población ante el peligro que corre si vota a otro partido; e invitar a los suyos a la lucha. Me ocuparé hoy sólo de esta última.