Mi último artículo en La Razón, con el título: Agrupémonos pocos
Los sindicatos, con el apoyo de la izquierda, supuestamente los genuinos representantes del pueblo, convocaron a los trabajadores a celebrar el 1º de mayo en Valencia y en toda España. Dirá usted: con cinco millones de parados las calles se habrán llenado de manifestantes. Pues no. La gente se quedó en casa, como siempre, y los sindicatos, una vez más, no pudieron movilizar ni a sus propios liberados.