Recorría Pauper Oikos una tarde la senda del déficit cuando se topó con Georgina Fever, la progresista inglesa, que le soltó esta consigna:
—Es posible cumplir los objetivos de Bruselas y revertir los peores efectos de la crisis y los recortes. Nadie, salvo el PP y Ciudadanos, otorgaba credibilidad al escenario propuesto por el anterior Gobierno. Los regalos fiscales de los últimos meses, concedidos para lograr el voto favorable de Ciudadanos a los Presupuestos (en línea con su habitual contradicción: reducir el déficit y bajar impuestos), así como la actualización del poder adquisitivo de las pensiones, tras meses de resistencia del PP a las movilizaciones de los pensionistas, hacían inviable el cumplimiento de los objetivos.
—Sólo te ha faltado añadir que crees en los tres pilares del programa de Warren Sánchez: la consolidación del crecimiento económico, la creación de empleo y la redistribución del crecimiento.
—¡Pues claro que creo en eso! ¿Qué problema hay? —protestó Georgina.
El reportero de Actualidad Económica tomó aire y respondió:
—Muchos. Empezando porque son pilares incompatibles: la redistribución te lleva a subir los impuestos, y eso frena el crecimiento y la creación empleo. Ya lo estamos viendo. Por eso, y en lo tocante a la credibilidad, nadie se cree vuestras previsiones económicas idílicas. En cuanto a lo de los regalos fiscales, nadie los hará más copiosos que Warren, y por las mismas razones que Barbie. Y lo de los pensionistas es un truco, claro, pero el mismo truco de todos los partidos. Y, por fin, lo del déficit…
—La estrategia propuesta por el nuevo Gobierno es más realista y consistente —interrumpió la inglesa—. Al tiempo que permite mejorar la posición fiscal y reducir la carga de la deuda, garantiza con mayor solvencia la estabilidad fiscal a largo plazo al proponer un incremento creíble de ingresos y gastos que hace compatible un mayor espacio fiscal a las comunidades autónomas y la Seguridad Social. Se gastará más, sí, pero también se ingresará más, y el déficit estructural mejorará sustancialmente permitiendo una mejor posición fiscal a medio y largo plazo.
—Claro, claro, porque eso de bajarles los impuestos a las trabajadoras, eso jamás se os ocurre a los progres, ¿verdad que no? —ironizó el reportero.
—Lo que no resulta convincente es pretender reducir el déficit bajando una y otra vez los impuestos —sentenció Georgina Fever—. Es el discurso neoliberal del PP de más mercado, menos Estado, menos impuestos y menos gasto.
—Es al revés: los políticos suben los impuestos, el gasto, el déficit y la deuda, todo a la vez, como hemos visto en la última década. Y eso de que el PP es neoliberal simplemente es un disparate colosal.
Pauper Oikos observó que la inglesa progresista lo contemplaba con mucha prevención, con lo que intentó pacificar el encuentro acudiendo a los famosos versos de “Vida recaudada”:
—¡Qué descansada vida/la del que huye el intervencionista ruido//y sigue la escondida/senda de control del déficit bajando gastos e impuestos/por donde han ido/los pocos liberales que en el mundo han sido!