Fray Próspero Piloso realizaba una de sus habituales confesiones colectivas. Pauper Oikos se acercó porque vio entre los arrepentidos nada menos que a la presidenta del Gobierno.
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Fray Próspero Piloso realizaba una de sus habituales confesiones colectivas. Pauper Oikos se acercó porque vio entre los arrepentidos nada menos que a la presidenta del Gobierno.
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