Cuando hace algunas semanas el ministro José Luis Escrivá aludió al recorte de las pensiones de los «baby boomers» procedió poco después a disculparse diciendo: «No fue mi mejor día, fueron unas reflexiones en voz alta». Pero, aunque lo hubiese dicho en voz baja, lo grave es que haya tenido que disculparse por haberle dado voz a la verdad.