Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, habrá de echar mano de todas ellas para neutralizar el uso que las trabajadoras podrán hacer de su frase más célebre, que cumple ahora un año: “No vamos a dejar a nadie atrás”. Lo cierto es que ha dejado atrás a millones, y que, como le previne en abril, lo persiguen tres jinetes del Apocalipsis: los muertos, los parados y los contribuyentes.