Galdós critica con acierto a liberales en los Episodios Nacionales, como en el importante discurso que en Los Apostólicos pronuncia un ya reflexivo Monsalud. Sus argumentos, a la par que liberales, son muy prudentes, y enfatizan los valores de las personas.
Aquí algunas muestras: “Cada español, al pedir libertad, reclama la suya, importándole poco la del prójimo…La idea de libertad entrando súbitamente aquí a principios del siglo nos dio fórmulas, discursos, modificó algo las inteligencias; pero ¡ay!, los corazones siguen perteneciendo al absolutismo que los crió…Mientras no se modifiquen los sentimientos, mientras la envidia que aquí es como una segunda naturaleza, no ceda su puesto al respeto mutuo, no habrá libertades…Mientras el amor al trabajo no venza los bajos apetitos y el prurito de vivir a costa ajena no habrá libertades”. No lo habrían dicho mejor los liberales desde Smith hasta Hayek o el juez Learned Hand.