El quebrantamiento de la propiedad privada, que propicia y practica la izquierda, es éticamente reprobable, económicamente ineficaz, socialmente injusto y políticamente peligroso.
El quebrantamiento de la propiedad privada, que propicia y practica la izquierda, es éticamente reprobable, económicamente ineficaz, socialmente injusto y políticamente peligroso.