Un buen titular es el que sabe atraer la atención del lector. Lo consiguieron Andreu Missé y El País con estas palabras: “El verdadero problema de la vivienda”. Resultaba difícil, si no imposible, resistirse a la luz de la verdad. La tesis, para mayor comodidad, era diáfana, y sencillísima: el verdadero problema de la vivienda en España es “la abrumadora falta de viviendas sociales”.
Ni una sola palabra asigna el articulista a las causas ni a las consecuencias del intervencionismo público en la vivienda. Ni una reflexión sobre qué cosa significa una vivienda social, que es una vivienda que el poder obliga a la sociedad a pagar. Se limita a pedir más gasto público, ignorando a los trabajadores que con sus impuestos lo sufragan.