Si hay una idea económica realmente perdurable es que el consumo es una bendición macroeconómica, porque fomenta el crecimiento.
Leí hace un tiempo esta declaración de Enrique Sánchez, presidente de Adecco España, en ABC: “Es necesario bajar los impuestos para estimular el consumo”. Hace poco, y a propósito de la subida del salario mínimo, nuestros sindicatos salieron en tromba a defender la medida, argumentando, cómo no, que si los salarios suben, lo hará también el consumo, y, por tanto, la economía y el empleo.