Hubo un tiempo en el que la pobreza era sobre todo asiática. Y a nadie le asombraba que los cantantes famosos organizaran un concierto benéfico en favor de Bangladesh. Más tarde, la pobreza pasó a ser fundamentalmente africana. No por azar sino por política. Como dijo Amartya Sen: el hambre no se debe a la falta de comida sino a la falta de libertad. Cuando las autoridades dejaron de fastidiar tanto a sus súbditos, su trabajo empezó a rendir, y con la crisis del comunismo millones de asiáticos pudieron dejar atrás la pobreza extrema.
El comunismo también explica la historia de África, porque muchos de sus países, alcanzada la independencia, aplicaron el socialismo, con la poco sorprendente consecuencia de la miseria. Pero allí también impactó para bien la caída del Muro de Berlín.