En mi Argentina natal preocupa, con razón, la proliferación de incendios en los campos, al parecer, en un alto porcentaje, provocados. Pero hay otro fuego que asoma, el de la corrupción mafiosa, sobre la que ha vuelto a hablarse a raíz del asesinado de Fabián Gutierrez, ex secretario privado de Cristina Fernández de Kirchner, y testigo protegido en la llamada «megacausa» contra la corrupción kirchnerista. El siniestro episodio inevitablemente evocó otro extraño crimen, el del fiscal Alberto Nisman, asesinado también en extrañas circunstancias en 2015 cuando se disponía a acusar a propósito del atentado terrorista de la mutualidad judía, la AMIA, al gobierno iraní y a varios altos funcionarios argentinos, incluida la señora de Kirchner. Desde los métodos mafiosos hasta la manipulación del Poder Judicial, es de temer que sean, efectivamente, varios fuegos los que asoman en la Argentina.