Tres figuras inequívocamente progresistas han lanzado mensajes económicos con destreza política, y fueron injustamente despellejadas.
Paulita Naródnika afirmó que “hay un consenso social” en que es necesario un “impuesto a grandes fortunas”, que los ricos pagarán entusiastas por “patriotismo fiscal”. La acusaron de engañar con lo del consenso, porque nunca hay consenso para pagar más impuestos, sino solo para que se los suban a los demás; y con lo del patriotismo, porque los impuestos no reflejan el amor a la patria sino la coacción del Estado.