La idea de la reconstrucción es el broche de la retórica bélica que ha prevalecido desde el inicio de la pandemia. Dicha retórica tiene como objetivo fortalecer el poder y debilitar los impulsos liberales de los ciudadanos. Una guerra fuerza a la obediencia a la autoridad, ante un mal del que es inocente. Cualquier daño que perpetre contra sus súbditos estará justificado por la emergencia, será siempre mejor que no haber hecho nada, y vendrá revestido de una gran carga emocional, porque, como es natural, el poder está preocupado por nosotros. El final de toda esta intoxicación es la reconstrucción.