El gobierno “socialcomunista”, como lo llama nuestro periódico, y numerosas voces en los medios de comunicación, propagan el virus anticapitalista, que florece en cualquier crisis.
La izquierda levanta aún más sospechas e infundios contra el sector privado, contra las pérfidas empresas que se lucran a costa del sufriente pueblo, y lanza loas a los políticos, los sindicalistas, y el sector público, como si en ese universo no hubiera más que gente sacrificada, desinteresada y eficiente; pinta todo lo que dependa de las Administraciones Públicas como si no representara coste alguno para los ciudadanos; e insiste en el pensamiento mágico que identifica cualquier problema con la insuficiencia del gasto público, y cualquier solución con el incremento del mismo.