Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, tuvo una alegría con las cifras del paro. Podemos decir que hizo parado y fonda, parafraseando el viejo refrán que alude a una interrupción de los peregrinos para comer y descansar, aunque rara vez para dormir. Se trata de recuperar fuerzas para seguir adelante en el duro camino propagandístico que conduce, entre impuestos y paro, al final de la legislatura. El objetivo es que no aumente significativamente el porcentaje de ciudadanos que cree que este Gobierno es una calamidad.
Se comprende que los datos del desempleo sean importantes, incluso más que los de los impuestos, que siempre se pueden disfrazar para que usted, señora, no perciba que está pagando más. En el caso del paro, la norma es: todos los datos buenos son mérito del Gobierno, y todos los datos malos son culpa de otros. Esos otros no faltan, desde la economía mundial hasta la europea, pasando por el coronavirus. Cuando los datos sean malos verá usted muchos ejercicios contorsionistas de este tipo.
Pero en febrero el desempleo dio un respiro tras varios meses malos, en particular enero. Rápidamente, los secuaces de Warren salieron a cantar victoria y a asegurar que la economía española va viento en popa, etc. No se lo creen ni ellos, pero su deber es incurrir en esa comprensible mendacidad.
En el mes de febrero no se notó el coronavirus en el paro, que cayó en 7.806 personas, o un 1,3 % con respecto al mismo mes del año anterior. La afiliación a la Seguridad Social aumentó en 85.735 afiliados de media. Según resumieron los analistas de BBVA Research: “Descontada la estacionalidad, se observó una aceleración del empleo hasta las 36.000 personas y una caída del paro de 17.000”.
Los datos superaron las expectativas y rompen la racha negativa, especialmente en el caso de las afiliaciones, cuyo crecimiento fue superior al promedio de los meses de febrero de los últimos diez años. Esto no significa que sean cifras excelentes, y es más correcto referirnos a mejoras modestas, pero mejoras al fin y al cabo; particularmente en el sector servicios, que representó el grueso de la creación de empleo en el pasado mes: “Cuando se descuenta la estacionalidad del periodo, se estima que los servicios explican la práctica totalidad del incremento de la afiliación”.
Es verdad que el paro subió en la agricultura en 2.855 personas, lo que cuestiona la prédica progresista que rechaza de plano cualquier relación entre la subida del salario mínimo y el paro. Pero es solo una mota de polvo en una jornada limpia para Warren, que hizo parada y fonda, satisfecho porque la caída del paro en los demás sectores compensó ese mal dato.