La campaña de la izquierda contra Madrid para «armonizar» los impuestos de Patrimonio y Sucesiones, es decir, para subirlos o restablecerlos, no es simplemente una cuestión de recaudar más dinero. Es una batalla política de primera magnitud, porque resulta imprescindible para la izquierda que no cale en la opinión pública la asociación entre impuestos relativamente bajos = más prosperidad = más empleo = gobiernos de centro-derecha.