Mi último artículo en La Razón, con el título: Liberalismo = no agresión
Ser liberal significa no aceptar ni justificar la agresión de otro. Sea quien sea ese otro y sea cual fuere la justificación de su agresión. La base del liberalismo es que jamás podemos dañar al prójimo. La única excepción es cuando ese prójimo nos ataca antes. Solo en ese caso, y en ningún otro, podemos usar la violencia. Y solo podemos usarla para defendernos.
El liberalismo, por tanto, y al revés de lo que se piensa, no es una doctrina principalmente económica, sino moral y política.