Pauper Oikos oyó la voz solemne de Warren Sánchez:
—Hay que proteger Europa para que Europa proteja a los ciudadanos. Proteger Europa apela a la necesidad de que los europeos tomen conciencia de los riesgos que acechan a la Unión, y que obren en consecuencia. Una Europa que protege es una apuesta firme, decidida, por la Europa Social.
—La Europa Social no protege sino que arrasa a los trabajadores con impuestos en favor de los políticos, los burócratas, los sindicalistas y demás lobbies feroces —replicó el reportero de Actualidad Económica, yendo directamente al grano—. Esos son los grupos de privilegiados que corren ahora el riesgo de que se les acabe el chollo.
Warren no había perdido los escrúpulos, porque nunca los tuvo. Había perdido en cambio un poco de oído, tras los aplausos posteriores a las elecciones generales del 28 de abril. Y entre eso y sus escasos deseos de escuchar críticas, procedió a ignorar a su amigo y a ponerse estupendo:
—Una sociedad desamparada es una sociedad más proclive a creer en profetas. Ésa es la propuesta de los ultras: exagerar el miedo para hacer que la sociedad se atrinchere.
—Te pasaste toda la campaña como un profeta del apocalipsis, agitando el miedo a VOX. La gente creía que les hacías la campaña, pero en realidad te la hacías a ti, y te salió muy bien todo el camelo.
—No hago campañas, porque solo me interesa el bien común, del que nos hemos olvidado en el presente. Ese presente se llama desigualdad, precariedad, brecha de género, el futuro de nuestra juventud, envejecimiento poblacional, gentrificación de las ciudades, el acceso a la vivienda y la seguridad ciudadana ante el crimen organizado o el terrorismo internacional.
Pauper Oikos contó con los dedos, sarcástico:
—Has nombrado casi todos los mantras de la vaciedad progresista, pero alguno te falta: el rechazo a la “competencia desleal” del exterior (un poco de proteccionismo os viene bien para disputarle esa barbaridad a la ultraizquierda) y al abuso de las grandes compañías tecnológicas (porque vosotros solo sois amigos de los empresarios obedientes, y no doy nombres).
—Y bastantes más cosas —aclaró Warren Sánchez, ignorando el discurso cáustico de su amigo—. Piensa en completar la Unión Monetaria, culminando la Unión Bancaria; impulsar un verdadero presupuesto para la zona euro; regar África con ayuda al desarrollo; y superar el daño que hizo el paradigma de la austeridad.
—Regar con dinero ajeno es lo único que sabéis, y no vais a superar la austeridad sino que la profundizaréis, sangrando aún más a la gente con impuestos. Por cierto, me extraña una cosa, entre todos tus onerosos disparates y despilfarros, no veo que esté la última bobada progre de los americanos: el Green New Deal.
Se equivocaba Pauper Oikos, una vez más. Por toda respuesta, Warren Sánchez se alejó cantando Green Green, el clásico de The New Christy Minstrels.