Tituló nuestro periódico: “El Gobierno subirá los impuestos para salvar el techo de gasto. Sánchez negocia con Iglesias aumentar la carga impositiva a grandes fortunas y corporaciones, pero rechaza replantear a Bruselas un cambio en el objetivo de déficit”. Y todo esto, ampliamente reproducido en los medios de nuestro país, es verdad. Cabe, eso sí, complementar esas noticias con algunas inocentes aclaraciones.
Es verdad que el Gobierno de Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, subirá los impuestos para salvar el techo de gasto, pero lo que en realidad quiere salvar Warren es el techo de la Moncloa, es decir, su propio techo de él. Para eso necesariamente tiene que mentir, pero no mentir igual que Paulita Naródnika y sus secuaces de Podemos en todo, sino mentir sólo en parte igual que ellos.
Es verdad que Warren y Paulita negocian aumentar la carga impositiva a grandes fortunas y corporaciones, aunque es mentira que ese sea su objetivo último, porque ellos saben que no hay forma de recaudar las considerables sumas que pretenden recaudar sin saquear a las trabajadoras, que es lo que PSOE y Podemos realmente quieren hacer.
Esa mentira, por tanto, es común al aquelarre progresista que padecemos.
La mentira diferencial de Warren es eso de que rechaza replantear el objetivo de déficit. Aquí lo que pretende es dejarle a los populistas el terreno de la máxima demagogia, es decir, el terreno del delirio bolivariano conforme al cual el gasto público es infinitamente extensible sin consecuencias nocivas de ningún tipo para el pueblo. Paulita quiere quedarse con la parte del electorado susceptible de tragarse semejante bulo.
En cambio, Warren quiere aparentar seriedad, y distinguirse de los bolivarianos alegando que en el PSOE son gente responsable, y cumplidora con Europa. De ahí que la palabra que más utilicen sea “margen”, para dar la impresión de que se puede cumplir con Europa y a la vez subir el gasto público, pero no aumentar el déficit porque se subirán los impuestos, pero nunca sobre las trabajadoras. Warren Sánchez quiere quedarse con la parte del electorado capaz de creerse este fabuloso camelo.
Y de esto va la feria: de un engaño constante para que pensemos que van a ser otros los saqueados por los progresistas.