Mi último artículo en La Razón, con el título: El gran masturbador
Usurpo el título de Dalí para observar que el poder nos arrebata la libertad, pero en el sexo parece hacer lo contrario. En realidad, hace lo mismo de modo más insidioso. Cuando vemos los talleres masturbatorios que han promovido los socialistas, y percibimos la frivolidad con la que tratan el sexo desprovisto de toda connotación moral, podemos caer en la tentación de reírnos, como si se tratara de payasos. No son payasos.