Hemos asistido a un amplio abanico de nuevas medidas regulatorias con el objetivo de evitar una nueva crisis. Se han creado nuevas instituciones que vigilan la banca, y se busca la regulación macroprudencial para evitar el riesgo sistémico.
Charles W. Calomiris, catedrático de Instituciones Financieras en la Universidad de Columbia, rastrea el pasado en busca de los factores más determinantes de los colapsos bancarios. Y descubre dos, que llama “gorilas”. Dice: “Mi respuesta a esta cuestión es sorprendentemente sencilla y bastante diferente de la larga lista de potenciales contribuyentes al riesgo sistémico que aparecen en los documentos del FMI, el BPI, el Consejo de Vigilancia de Estabilidad Financiera, la Junta Europea de Riesgo Sistémico y el Consejo de Estabilidad Financiera, y en muchos artículos académicos. Hay dos amenazas sistémicas importantes para la estabilidad financiera: las políticas de los gobiernos que subsidian el riesgo hipotecario, y las políticas de los gobiernos que aseguran las deudas de los bancos (y en general, que subsidian el riesgo de impago de los bancos mediante diversos canales, incluyendo la protección a los que son ‘demasiado grandes para caer’)”. Su trabajo, “Taming the Two 800 Pound Gorillas in the Room”, Columbia Business School Research Paper No. 17-20, está disponible en https://goo.gl/1IL0vA.
Esos dos gorilas no son independientes entre sí. El Estado avanzó sobre la banca, dio garantías a los depósitos, y animó los préstamos hipotecarios, fomentando un esquema delicado con pasivos exigibles a corto y activos a largo. Esto aumenta el riesgo sistémico, y jamás se habría producido si la banca funcionara con criterios de mercado. De hecho, no se permitía hasta que aparecieron los seguros de depósitos.
Con sus pasivos protegidos, disminuyen los incentivos de la banca a restringir la toma de riesgos crediticio. Esta expansión del riesgo sistémico deriva, pues, de una suerte de subsidio a la banca combinado con ayudas a determinados acreedores, en el pasado los agricultores y en tiempos modernos el sector inmobiliario.
El too big to fail funciona de manera similar, al impedir que las pérdidas recaigan totalmente sobre los accionistas de los bancos. Dice Calomiris: “Ambos subsidios relacionados aumentan los beneficios de la banca limitando la respuesta del coste financiero ante el riesgo, y estimulando así a los bancos a que aumenten la toma de riesgo como medio para incrementar sus subsidios”.
Se dice que faltó regulación prudencial, pero “puede ser parte de una estrategia regulatoria gubernamental que busca financiar el riesgo bancario desde fuera del proceso normal de apropiación del presupuesto estatal”, a través de subsidios no explícitos; “si los Estados quieren crean rentas a partir de la toma de riesgo subsidiada, no cabe esperar que van a crear un cuerpo regulatorio o que impida la existencia de dichas rentas”. Yo que usted no me perdería este rincón liberal el próximo lunes.