Tras el discurso navideño de Su Majestad, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, acusó al Rey Felipe VI de “no escuchar a la gente”.
“Nos ha parecido un discurso que podría haber suscrito Mariano Rajoy de principio a fin”, aseveró el dirigente de Podemos, lo que tampoco se entiende porque, incluso suponiendo que fuera así, ello incluiría de entrada a los votantes del PP, que son bastantes más que los votantes de Podemos; y no tendría por qué excluir a los votantes de otros partidos. En consecuencia, si a Echenique le pareció “obvio” que el Rey no consiguió representar a todos los españoles, lo que es mucho menos obvio es por qué cree él que los representa más y mejor su partido.
Puso énfasis en la crisis económica. Aseguró que el monarca “ha dejado fuera de su discurso a los millones de españoles que saben que (la actual crisis económica) no es una crisis, es una estafa”. No se ilusione usted pensando que iba a apuntar a los gobernantes, que efectivamente estafaron a los ciudadanos con sus políticas monetarias y fiscales. No dijo Echenique ni una palabra de eso. En cambio, proclamó que si el Rey “hubiera escuchado a millones de españoles sabría que las verdaderas causas están en los grandes poderes económicos, los privilegiados y los delegados parlamentarios de esos poderes”.
Aparte de lo extraño que resulta el afirmar que millones de españoles se dedican a analizar la economía, y que el Rey los ignora, Echenique incurre en la antigua falacia que sostiene que el Estado no manda, sino que mandan unos malvados empresarios, los “grandes poderes económicos”. Esta falacia, que comparten comunistas y fascistas, se resume en que no hay realmente democracia, porque los gobernantes no gobiernan, y los legisladores no legislan, sino que todos obedecen las órdenes de los capitalistas.
El hecho, comprobado una y otra vez, de que los gobiernos, presentados como meros “delegados” de los capitalistas, les suben los impuestos a esos mismos capitalistas que supuestamente ostentan todo el poder nunca arredra a quienes se creen capaces de determinar unilateralmente quién es “la gente” y quién no.
Dirá usted: una golondrina no hace verano, ni Echenique un partido. Pues bien, el secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón, afirmó: “el patriotismo no son palabras vacías sino rescatar a las familias castigadas por la crisis y construir un país que no deje a nadie atrás”. Y concluyó: “Algún día tendremos un jefe del Estado elegido democráticamente que diga que hemos de combatir un drama nacional llamado violencia machista”. Vamos, que su partido, que quiere subir y sube de hecho los impuestos a las familias, las va a “rescatar”. Quiere proclamar la república, y prácticamente sugiere que como el Rey no dijo nada sobre la violencia de género, entonces es un malvado que la ignora o, vaya usted a saber, igual la aplaude. Y este es el “moderado”. En fin.