Lamentan algunas personas de izquierdas que el diario El País se haya vuelto liberal. Es una pena no haberme enterado. De momento, he leído un artículo de Rodrigo Carrizo Couto que colma de alabanzas a Jean Ziegler, el famoso anticapitalista suizo, que lleva décadas saludando a la dictadura cubana, y lo vuelve a hacer en un reciente documental sobre su vida: “Jean Ziegler, el optimismo de la voluntad”.
Optimista y voluntarioso hay que ser, desde luego, para idolatrar al Ché Guevara, de quien Ziegler fue chófer en Ginebra en 1964, y a quien quiso seguir en su viaje criminal, pero el argentino le señaló Ginebra y le dijo: “¿Ves esta ciudad? Aquí está el cerebro del monstruo, y es aquí donde está tu lucha”.
Para esa época los comunistas ya habían asesinado a decenas de millones de trabajadores. Pero Ziegler realmente creyó que lo monstruoso estaba en Suiza, precisamente donde muchas víctimas del socialismo se refugiaron, y por eso salvaron su vida.
Una persona que cree que lo monstruoso está en Suiza ya puede creer cualquier cosa, como el señor Carrizo Couto que escribe: “Ziegler siguió el consejo al pie de la letra y fue desde la rica Suiza desde donde combatió contra el hambre en el mundo, el capitalismo salvaje y las grandes corporaciones”. Ni una referencia al socialismo salvaje, ni a cómo los pueblos prosperan allí donde hay grandes corporaciones, ni al hambre real, un producto sistemático del anticapitalismo salvaje.
Pero ninguna realidad amedrenta al fanático, como es sabido. Y Carrizo Couto dice: “uno de los momentos más emotivos del documental ocurre cuando Ziegler rinde homenaje al Ché ante su tumba en La Habana”. El artículo está ilustrado con un fotograma del documental, que lo muestra en su despacho antes dos cuadros con imágenes del Ché Guevara, un asesino confeso, que para colmo publicitó sus crímenes en la deplorable organización política donde Ziegler estuvo muchos años, en las Naciones Unidas, donde ese mismo año 1964 pronunció su terrible discurso sobre los fusilamientos en Cuba: para quien aún no lo crea, aquí está: https://www.youtube.com/watch?v=VC8fW1xu0Ks.
No es el Ché Guevara, desde luego, el único mito santificado a fuerza de bombas, porque la historia del socialismo revolucionario en todo el mundo prueba que nace “chapoteando sangre y lodo, de la cabeza a los pies”, como dijo Karl Marx en El Capital que nacía el capitalismo. Sólo un fanático preso de la ideología puede sostener que el anticapitalismo representa ese paraíso que los socialistas siempre han reivindicado.
Y hablando de no creer, el artículo habla de “un momento hilarante” cuando le preguntan a este héroe anticapitalista sobre la falta de libertad de prensa en Cuba, a lo cual responde: “¿Pero acaso necesitas leer La Tribune de Geneve para poder vivir?”. Asegura el periodista que los presentes manifiestan “incredulidad”. No veo por qué: esa repugnante declaración es perfectamente creíble en un idólatra del Ché Guevara.
Ya decia mi admirado J. F. Revel, que «La mentira es la primea fuerza que mueve el mundo» y así ha sido aprovechada por todos los manipuladores sociales, y muy especialmente por los del pensamiento único, contra la mentira solo cabe el conocimiento útil, o sea aquel que esta basado en la realidad de los hechos y no en la teoría fantástica. Por ejemplo Cuba, tras casi 60 años de dictadura socialista, están mejor o peor que en los años 50? Usted mismo.
Debo decirle que nada más lejos del periodista que glosar la figura del político,solo admira al hombre,los de derechas nos podemos permitir separar el personaje y sus ideas de la persona que tenemos enfrente ,si no seríamos de izquierdas,totalitarios y mezquinos,y puede usted estar seguro que Rodrigo Carrizo Couto no lo es
Un cordial saludo
Con todo el respeto, D. CArlos, creo que se equivoca. Usted ha confundido a Rodrigo CArrizo Couto, el periodista, con el protagonista, que es Ziegler. Usted, y desconozco el motivo, en lugar de atacar a Ziegler, ataca a alguien que lo entrevista. Yo soy profundamente anticomunista y no me ha parecido apreciar «falta de liberalismo», ni objetividad en la entrevista a Ziegler. A lo mejor decir que Ziegler se emocionaba ante la tumba del asesino de la Cabaña y tantas otras le molesta, pero es que el personaje es así. Ziegler es como aquellos negros o mulatos de Namibia que querían hacerse nazis en al II GM, paradójico, pero real. Seguramente le molesta, pero se lo voy a decir igualmente, su artículo es más de relleno y una excusa para contar su historia. El que está falto de objetividad es usted.
No juzgo las cualidades morales ni de entrevistado ni de entrevistador, sino sólo analizo sus ideas.
No los he confundido, y es obvio que los critico a los dos. Procuro ser objetivo en mis análisis, aunque, desde luego, no pretendo caerle bien a todos.