El Papa Francisco cruzará otra vez el Atlántico en septiembre, visitará Washington y canonizará a un español: fray Junípero Serra.
Fraile franciscano español, Junípero Serra Ferrer nació en Petra, Mallorca, el 24 de noviembre de 1713, y murió en Monterrey el 28 de agosto de 1784. Doctor en Filosofía y Teología, se trasladó a América y fundó misiones españolas en la Alta California. Vivió en México aunque su legado fueron las primeras nueve misiones de California, donde es honrado desde hace muchos años por la población. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en 1988.
Leyendo a Allysia Finley en el Wall Street Journal me he enterado de que los progres quieren sabotear y, si pueden, impedir que Fray Junípero sea santo. Lo acusan de maltratar a los indígenas, sobre lo que no hay pruebas: “Según Francis Weber, archivero de la archidiócesis de Los Ángeles, el Vaticano ha pasado 72 años estudiando los escritos del padre Serra, que reflejan su amor hacia los nativos…nada en los archivos históricos indica que el padre Serra obligó a los nativos a convertirse al cristianismo”.
Pero les da igual. Incluso pretenden quitar su estatua representando a California en la National Statuary Hall Collection del Capitolio. Dudo que promuevan el derribo de la que está en La Habana.
Concluye Finley: “Irónicamente, el misionero español que se convertirá en el primer santo hispano de los Estados Unidos, es vilipendiado por los multiculturalistas como un codicioso imperialista”.
(Artículo publicado en La Razón.)