La carta que Su Santidad el Papa Francisco escribió hace poco al director general de la FAO contiene unas piezas admirables por su incorrección política, como el reconocimiento de que la situación alimentaria mejora en muchos países o la defensa de la familia, la institución que atacan los mismos que aplauden al Papa por su supuesto progresismo. Francisco afirmó que la familia “favorece el diálogo entre diversas generaciones y pone las bases para una verdadera integración social”, la familia, no el Estado. Añade, con acierto: “¿quién se preocupa más que la familia rural por preservar la naturaleza para las próximas generaciones? ¿y a quién le interesa más que a ella la cohesión entre las personas y los grupos sociales?”.
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