Mi último artículo en La Razón, con el título: Por qué crecemos
La cifra del 0,3 % intertrimestral del INE, una décima más que la estimada por el Banco de España, ha suscitado incredulidad. No veo por qué. El crecimiento puede llamar la atención porque coincide con una fuerte caída del empleo, precisamente un dato que sorprendió a los analistas y que es raro que se mantenga por mucho tiempo. Pero no es sorprendente que crezcamos. La economía española se frenó en 2007, se derrumbó en 2008 y alcanzó el mínimo a mediados de 2009. Desde entonces las cifras del PIB fueron cada vez menos malas.