La idea de que la empresa necesita al Estado para su internacionalización es una ficción que ha reflorecido hace relativamente poco, y está relacionada con la globalización, que es aceptada como beneficiosa pero con la condición de que los Estados la protagonicen y vigilen. De ahí la idea de que los Estados ayudan a las empresas a globalizarse o internacionalizarse, lo que choca contra toda evidencia.