En su libro Código rojo. Cómo proteger tus ahorros ante la inminente nueva crisis financiera mundial (Deusto), Jonathan Tepper y John Mauldin sugieren que, al revés de lo que todo el mundo piensa, la deflación no es un peligro real sino un espejismo provocado por la represión financiera, que “surge cuando los gobiernos y los bancos centrales reducen artificialmente el coste de emitir deuda pública, mientras que generan inflación al mismo tiempo. Los rendimientos reales o tipos de interés negativos benefician a los gobiernos y castigan a los tenedores de bonos y a los ahorradores”. Es una inflación de activos que aumenta las cotizaciones pero baja los rendimientos, castigando a inversores y ahorradores, y en particular a los pensionistas.
Ojo con los banqueros centrales
Aconsejan precaución ante los banqueros centrales, “pirómanos al mando del cuerpo de bomberos”, y recelo ante las cifras del IPC: “la inflación moderada está dando una falsa sensación de seguridad a los bancos centrales y a los economistas obsesionados con la deflación, como Paul Krugman”. No están en contra del intervencionismo, sino de su prolongación: como los tipos de interés han estado muy bajos durante demasiado tiempo, en algún momento las autoridades los subirán, porque deberán ir retirando las políticas expansivas: ese será el momento del final del código rojo, y la actividad se frenará. “Cuanto mayor sea la política expansiva, mayores serán las dificultades que se producirán en la retirada”.
(Artículo publicado en La Razón.)